Rey Lagarto, feliz cumpleaños
Ocho de diciembre, 1943. Melbourne Florida. Nace Morrison hijo y el papá en la guerra.
1.- El anigma, el misterio en los ojos, la cabellera suelta y ondulada. el póster en la casa de mi vecino Miguel, el del segundo piso "Pepo", le decíamos. Le dicen aún.
"when the music´s over" fue la primerita que escuché, como a los diez años. Óscar, el hermano de Miguel le mandaba desde el gabacho dinero para discos exclusivamente del Rey Lagarto y compañía, y pasábamos en su cuarto jugando básquetbol en la canastita de alambre con la pelota de papel y cinta canela. Y en el estéreo, supongo que el mejorcito de la unidad, sonaba "people are strange", "spanish caravan", "light my fire", la hermosísima "wintertime love", "the celebration of the lizard", "unknown soldier", "street love" ¡joder, qué canción!, y nosotros jugábamos a que él era Michael jordan y yo Magic johnson, y la pelota al dar a la canasta le daba un rozón en la pared al póster del rey, el que tenía fuego al fondo, con las letras con dimensión pero separadas todas y cada una a la mitad.
2.- A mí me llevaron por primera vez al chopo como a los diez años, lo primero que compré fueron cintas de Quiet Roit, una playera de Elton John y un bordado de Morrison, que llevaba a la escuela más porque el maestro me preguntaba que eso qué, que qué anunciaba con eso, yo le contestaba que Morrison era el mejor. Wenceslao, mi maestro, al que yo le daba besos cada que salía de clases, me daba una palmada en la espalda y me daba chance.
Ya tenía videos de los doors en vivo e invitaba al "Chilaquil", a Ivan, al "Montana", a los gemelos peleoneros (a mí siempre me sacaban de las broncas, pero ellos siempre se andaban dando en su madre) a los valedores de la primaria a verlos a la casa (Pepo iba avanzado, en la secundaria ya y sus vales eran más pasados de lanza que preferían ver porno a un concierto de los Doors). Se me quedaban viendo y me decían: "ay, no mames ese Morrison es una pistola" o "hey, enano, ya has oído a esos Pink Floyd" No, decía yo, y el gemelo se apresuraba a contestar: "sss, no mames, hay una rola del Haragán que habla de ese güey, de ese tal pink floyd, deberías oírla". No me gustó el Haragán pero Blues Boys sí.
3.- Cada ocho de diciembre, Tohui y yo apagábamos las luces de mi departamento a eso de las ocho o nueve (ya que no hubiera luz y mis carnalas se hubieran ido con sus repectivos), prendíamos una vela en medio del cuarto y armábamos el rito, música a todo dar (la de ley -porque era larga y bailábamos más- era the celebration of the lizard o light my fire)(aunque por lo general escuchábamos muchas, muchas), y cantábamos. Y ya no nos importaba lo que pasara afuera, en la unidad habitacional, nos valía queso, si a Edna se la estuviera caldeando otro cabrón pus ni pedo, que si al Marcos, de "Los Inquietos" le estaban poniendo en la madre "los Pañales" pus ni pez, que si el Papá del Tohui le estuviera chiflando porque desde las doce del día no aparecía pus ya qué. Morrison estaba cotorreando con nosotros y lo demás importaba poco.
4.- Eso era el ocho. El día de su muerte, 3 de julio se ponía mejor. Y yo ya tenía todos los cassetes.
deranged
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