Ritual de crudas
Ayer la fiesta de Paulina, la novia de Claudio.
Hoy una ligera resaca. Cuando uno adjetiva sus resacas es capaz de elegir los rituales post-peda: en el caso personal, no hay mucho que decir, escojo música que me haga olvidar: las palabras, los susurros de borracho dichos en la oreja,muy cerquita, en la noche anterior, cuando el acohol hace todo lo suyo, todo eso que le dijimos a la que nos hizo la noche. Música, lo que sea no. Odio tener en la cabeza las canciones de la fiesta, las de moda, las chiclosas, las que a las mujeres, las más ingenuas, les gusta bailar de a sandwichito. Ya veo cuerpos nocturnos frotándose las ganas unos con otros, movimientos calientes, voluptuosos, carnales, apestosos a humedad y cachondez.
Música, una de dos, o música inteligente o música festiva para bajarme poco a poco. En el primer caso casi siempre escucho a Nils Petter Molvaer, el genio noruego parteaguas de la ola grande new jazz; Kruder Dormeister, o sueño stereo de Soda Stereo. en lo segundo me late que Manu Chao se desplace por el aire enfiestándolo; Def con dos y su desmadre también es buena idea.
Otro elemento básico del ritual es leer algo suave, poesía dulce o de plano dura, (así sean extremos). Lo hago con Paz respecto a lo primero; en lo segundo me late, me late Bukowski. No más. Antes lo hacía con Rimbaud, cuando mis primeras pedas. Ahora a Rimbaud lo frecuento con igual ditancia de tiempo que lo hago con mis ex novias.
Estoy escuchando ahora a Lou Reed... otro pedo.
deranged
1 Comments:
Asi que hubo party?
mmmm, que bien
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